Helena y una secretaria morbosa

Helena y una secretaria morbosaHelena y una secretaria morbosaHelena se veía m*****a a la hora del almuerzo en la oficina. Le pregunté qué problema la intranquilizaba y entonces se inclinó sobre la mesa, me miró fijamente con sus lindos ojos y susurró con bronca:?Jorge me está metiendo los cuernos con su secretaria?.Le pregunté si tenía pruebas o si solamente lo sospechaba, pero entonces se descargó:?Hace poco que trabaja en el estudio, la conocí hace un par de semanas atrás. Una pendeja de apenas veinte años, morocha, un cuerpito modelado en el gimnasio, tetas naturales y firmes, culo chiquito, apretado y bien parado, pelo sedoso, bien peinada y muy bien maquillada, no es bonita pero sí muy sensual y llamativa. Tuve que contenerme para no comerle la boca a besos, así que sospecho que mi maridito no debe haberse contenido tanto? se la está cogiendo, estoy segura !!!!?. Dijo además que su perfume era muy dulce y casi de un estilo afrodisíaco, cuando se acercó a besarla sintió que la concha de repente se le humedecía. Casualmente ese día Jorge la llamó para avisarle que tenía mucho trabajo atrasado y que regresaría muy tarde? ?el turro llegó tardísimo esa mad**gada, tenía ese mismo perfume dulzón impregnado en toda la ropa, lo esperé con mi camiseta negra transparente, para indicarle que estaba lista para coger toda la noche sin parar, pero puso cara de cansado y se quedó dormido enseguida? seguramente estuvo cogiéndose a esa pendeja durante toda la tarde !!!?.Traté de calmarla diciendo que podía ser una casualidad la combinación de la llegada tarde y el perfume en la ropa, pero siguió insistiendo en que Jorge la engañaba.?Pero voy a vengarme, uno de estos días me la voy a coger yo, a ver si realmente vale la pena ?El viernes por la noche me llamó a casa diciéndome que tenía una oportunidad de ejecutar su plan, ya que Jorge pasaría el sábado pescando con unos amigos, bien lejos, pero le había pedido a esta nena que le alcanzara unos papeles firmados esa misma mañana, ya que Helena podría esperarla hasta el mediodía.?Te espero en casa temprano, jugamos un ratito nosotras y te quedas a ver cómo la cojo?Le dije que estaba más loca que una cabra, pero acepté la invitación, siempre era un placer ver a Helena desnuda y entrelazada con otra persona, fuera hombre o mujer y no podía perder esa oportunidad. De paso, quería comprobar también si esta famosa secretaria era tan interesante como la describía.Helena me esperaba casi desnuda, vestida solamente con una diminuta camisola transparente y unos tacos de aguja que hacían ver sus hermosas piernas prácticamente perfectas. Nos besamos intensamente desde la puerta de entrada y así a los besos llegamos hasta el dormitorio, donde caímos abrazadas en la cama, mientras nuestras manos recorrían nuestros cuerpos ardientes. Estuvimos un par de horas haciendo el amor de todas las maneras imaginables, hasta que nos interrumpió el timbre de entrada. Era la pendeja, así que nos vestimos a las apuradas y simulamos estar reunidas tomando el té en el comedor. La nena hizo su aparición y realmente me quedé con la boca abierta, mientras sentía un calor que iba subiendo desde mi vientre. Era mucho más atractiva de lo que decía Helena, no era realmente una belleza, pero tenía una mirada muy sensual, una boca carnosa, rasgos algo delicados y un cuerpo de ensueño. Estaba vestida con una chaqueta de cuero, bajo la cual se veía una ligera camiseta de algodón bien ajustada, que dejaba percibir unas pequeñas tetas turgentes con sus pezones bien endurecidos. Llevaba unos jeans bien ceñidos a la cintura, que delineaban muy bien su pequeña cola redonda y firme, rematando con unas botas negras que completaban una imagen de come hombres. La actitud parecía ser avasallante, pero entonces tuve la impresión que podrían gustarle más las mujeres que los hombres.Helena la presentó como Juliana y nos besamos las mejillas, aprovechando por mi parte para acercarme con mis labios a la comisura de los suyos y esperar su reacción. No me dijo nada su mirada, pero me pareció que mi beso le había gustado. Le dio los papeles del encargo a Helena y nos sentamos a conversar animadamente mientras tomábamos unas bebidas gaseosas. Al poco rato Juliana pareció perder el hilo de la charla y repentinamente se quedó dormida. Mi amiga se acercó, diciendo que el somnífero era realmente bueno y había hecho efecto. Le pregunté que si estaba loca al preparar semejante plan; la chica nos denunciaría penalmente apenas se despertara. Pero Helena contestó que íbamos a pasar un buen rato las tres y que después la nena no tendría vuelta atrás. Le conté mis sospechas acerca de que podía ser lesbiana, pero entonces dijo: ?si realmente le gustan las mujeres, no va a arrepentirse nunca de esta tarde?Entre ambas la cargamos y la llevamos hasta el dormitorio, donde la tendimos suavemente sobre la cama. Yo comencé a desvestirla, mientras Helena revisaba el contenido de su bolso de mano. Hubo unos hallazgos interesantes: tenía un pequeño aparato dilatador anal, condones de todos los tamaños y colores, un pote de gel lubricante, fotos de ella abrazada y a los besos con una rubia muy bonita y sensual. Una agenda electrónica con números telefónicos de muchas mujeres y ningún hombre. Su celular no tenía registros de ninguna llamada a Jorge ni a la oficina. Todo era bastante extraño, pero reforzaba entonces mi teoría: a la terrible Juliana le iban las nenas con las nenas.Por mi parte, me puse más caliente todavía mientras la desnudaba. Bajo los jeans no llevaba ropa interior, su pubis estaba perfectamente depilado, dejando ver unos suaves y delicados labios vaginales, bastante humedecidos por cierto, a pesar de que llevaba un buen rato desmayada. Su piel olía a rosas, su pelo era suave y sedoso, sus labios entreabiertos invitaban al beso, sus tetas eran pequeñas pero naturales, sus pies desnudos eran perfectos realmente todo su cuerpo emanaba una sensualidad increíble.Helena ya se había desnudado también. Se acercó y decidió volver a colocarle las botas: ?así está más desnuda? dijo. Luego la volteó para colocarla boca abajo y le ató las manos a la espalda con un pañuelo de seda. Cubrió sus ojos con otro pedazo de tela y entonces me miró sonriente y triunfante:?Voy a empezar lamiendo esa conchita tan dulce que tiene, a ver si la despierto con mi lengua?.Abrió bastante las piernas de Juliana y se deslizó entre ellas, comenzando a besar y lamer esos labios vaginales ya humedecidos. La chica se despertó casi enseguida, pero no dijo nada, ni siquiera se quejó de la posición en la que se encontraba, solamente comenzó a gemir suavemente, mientras Helena le comía la concha. ?Quiero que me lo haga Anita? alcanzó a decir entre suspiros y entonces mi amiga levantó su cabeza y dijo riendo: ?Yo te estoy preparando para que Anita disfrute lo mejor?.Mientras me excitaba y me humedecía observando la escena, me había desvestido y colocado un arnés con una considerable verga de silicona, que tanto placer nos brinda cuando cogemos con Helena. La lubriqué bien con un gel dilatador especial y esperé mi turno. Juliana comenzó a jadear más fuerte y finalmente un prolongado aullido nos dejó saber que había acabado en un intenso orgasmo sobre los labios de Helena. Mi amiga sonrió satisfecha y se incorporó, dándole unas palmadas en la cola.?Esta perrita ya está lista para que le rompas bien ese culito redondo con nuestro amiguito?, dijo apartándose para dejarme su lugar entre las piernas de Juliana.La pendeja entonces reaccionó suplicando: ?por la cola no, por favor, todavía la tengo virgen?Helena no pudo reprimir una fuerte carcajada, mientras me observaba tomando impulso hacia adelante con esa cosa enorme entre mis manos, para metérsela sin demasiada delicadeza en ese estrecho agujerito hasta ahora inmaculado, o mejor dicho, jamás culeado. Se lo enterré hasta casi la mitad y me detuve, sintiendo como su cola se iba abriendo y adaptando al tamaño de esa linda verga. Me apoyé sobre su espalda, aspirando la fragancia de su cuerpo, sintiendo la suavidad de su piel, besándole el cuello muy despacio. Luego continué la arremetida, metiéndole todo el aparato hasta el fondo de esa linda cola. Ella se debatía sollozando, diciendo que le dolía mucho, que me detuviera y que tuviera compasión. Pero sus manos atadas a la espalda y sus ojos vendados me excitaban todavía más. Repentinamente sentí un poco de lástima por esta nena y entonces me retiré muy despacio.Mi amiga también lo entendió así, entonces dijo que era su turno y que ahora la haría gozar como nunca a la pendeja. Se colocó ella el arnés, envolvió la verga en un condón y la lubricó otra vez con gel. Giró a Juliana boca arriba y le liberó las manos. Le abrió bien las piernas y la penetró muy despacio, sintiendo como entraba en ese delicado cuerpo de la pendeja. Le quitó también la venda y le dijo que la mirase a los ojos mientras la cogía. Juliana abrió la boca sin poder gritar y comenzó a jadear muy suavemente, mientras Helena se impulsaba con fuerza hacia adelante y atrás. Así estuvieron varios minutos, hasta que la pendeja finalmente acabó con un aullido bien prolongado. Unos instantes después también mi amiga llegaba al orgasmo, logrado gracias al roce de ese aparato contra su dulce pubis. Se besaron largamente y luego Helena fue retirándose muy despacio.Las tres nos vestimos en silencio, hasta que Helena no pudo resistir más y le preguntó si Jorge la cogía así de fuerte y la hacía gozar mejor.Juliana pareció sorprendida por la pregunta y muy calmadamente respondió:?Tu esposo jamás me sugerido nada ni ha intentado seducirme, nunca me hizo un regalo, ni siquiera me sonríe, apenas registra mi presencia, si yo no supiera que está casado con una mujer tan sensual, pensaría que es gay?? Nos aseguró además que ella era bisexual, pero que por el momento estaba viviendo en pareja con otra mujer, la que se veía en las fotos en su billetera.Helena entonces le pidió disculpas por haber sospechado de ella y le preguntó si había disfrutado aunque fuera un poquito de todo lo que le habíamos hecho durante la tarde. Juliana nos miró a ambas con mucha sensualidad y respondió que había gozado como una verdadera perra mientras la cogía Helena y le había encantado entregarme su virginidad anal a mí, aunque hubiera sido por la fuerza? eso la había excitado y calentado muchísimo.Nos despedimos con la promesa de reunirnos a hacer un cuarteto incluyendo a su chica, algo que también le encantó. Al irse besó largamente a Helena y le acarició su redonda y firme cola.A mí me abrazó con dulzura y también me comió la boca en un beso interminable, susurrándome al oído con picardía ?me voy a coger a tu esposo, para que después puedas vengarte conmigo??