El comıenzo de laura ı

EL COMIENZO DE LAURA IRelato lésbico.Aunque lo que os voy a confesar ha formado parte de divergencias entre mis hermanas y yo, podría afirmar, como así se lo repetí a ellas mil y una vez, que soy lesbiana activa, por ponerle un nombre a mi comportamiento sexual con otras mujeres desde aquella primera vez con una compañera de primer curso de instituto.Lesbiana porque me gustan las mujeres y jamás tuve atracción por los hombres a pesar que muchos lo intentaron. Activa porque me gusta llevar la iniciativa desde el primer momento que me acerco a una mujer para intentar ligármela.Me parezco mucho a mis hermanas Diana y Alba, aunque ellas lucen su belleza como si fueran más femeninas que yo, esa ha sido la discusión con mis hermanas, porque me siento tan femenina como ellas y me gusta vestir con prendas muy femeninas, pero me gustan los coños.Añado un dato más para que os hagáis una idea de lo que vengo diciendo. He estado con mujeres que estaban casadas o en pareja con hombres, y en alguna ocasión me han propuesto hacer un trío con sus maridos o novios, y siempre lo rechacé, salvo en un caso que ya conoceréis en otros de los relatos que está trayendo Reyes.En mi último curso de bachillerato, y al igual que habréis leído en uno de los capítulos que os está relatando ella sobre nuestro sobrino Johnny, antes que él porque soy cuatro años mayor que JB, también fui al campamento que organizan las madres de la AMPA del instituto del Concello. Lo adelanto porque en este de hoy vais a conocer el comienzo de algo hermoso, pero que continuará en más capítulos y en el campamento ocurrirán cosas asombrosas para quienes no están acostumbrados al amor entre mujeres.A pesar de gustarme las mujeres como ya os he contado, en el instituto había una profesora de baloncesto que desde el primer curso había querido que me apuntase al equipo que ella entrenaba, y nunca quise participar, y eso que ella lo intentó de todas las maneras, incluso incentivando mi sexualidad para que lo hiciera, ya que en el instituto, mi lesbianismo era un secreto a voces, probablemente se habría ido de la lengua algunas de las chicas con las que había estado a pesar de que ellas no se consideraban lesbianas.Ella, que se llama Áine, al ser profesora de gimnasia y entrenadora del equipo de baloncesto del instituto, era y es, una persona que conocía al dedillo todo lo que ocurría entre el alumnado y entre el profesorado, tanto en mis tiempos de instituto como en los cursos que estuvo Johnny, tal como JB me ha referido. Y esa fue una de las estrategias que utilizó conmigo.-Laura ?Me dijo un día al terminar la gimnasia-- ¿Te importa quedarte un poco más, que me gustaría hablar contigo?-¡Por supuesto, Áine! Aunque te adelanto que no me interesa el baloncesto.-¡Tranquila que no te voy a hablar de baloncesto!-Vale, me ducho y nos vamos a algún sitio que conozcas ?Le respondí guiñándole un ojo picarón por si ella lo que pretendía era ligarme; era mi mejor estrategia para darle pie a una mujer que había notado que yo le gustaba, y no negaré que Áine me atraía mucho por su belleza, y porque estaba segura que estando con ella aprendería bastante sobre nuestra mutua sexualidad.-¿Te importa si nos duchamos juntas? ?Su pregunta me sorprendió, porque tanto ella como yo sabíamos que el resto del profesorado y alumnado, aún tardarían más de dos horas en marcharse del instituto, y aunque se fueran todos, quedaba el conserje. ? ¡No te sorprendas, te invito a venir a mi casa! ?Forzosamente me tenía que sorprender, porque Áine estaba casada y con una hija de mi edad, así que el hecho de querer llevarme a su casa para follarme, para mí era complicado. Otra cosa era que Áine me fuera a proponer un trío con su esposo o con su hija.-¿A tú casa, no te parece inoportuno? Podríamos hablar en un bar cerca de casa, al fin y al cabo vivimos muy cerca.-¡Laura, sé que te gustan las mujeres, y tú también me gustas! ?Tenía razón en lo primero, y también ella me gustaba como mujer, porque si no era así, la declaración que me acababa de hacer podría costarle el puesto de trabajo en caso de que yo le tuviese ganas de castigarla por algo que me hubiera hecho a mí o a algunas de mis amigas.Áine, cuarentona pero muy bien cuidada por causa del deporte que hacía en el trabajo y fuera del instituto, era una mujer que atraía a las que como a mí, me gustan las mujeres que se cuidan, y que me pueden enseñar cosas para disfrutar. Sabía que ella era bisexual, porque lo mismo que Áine conocía la vida de muchas de nosotras, también me habían dicho cosas de ella, al fin y al cabo, como me había pasado, había nenas que no tenían claro de qué lado inclinar su sexualidad, pero eran ligeras de cascos y lengua.-¿Estás sola en tu casa?-¿Ah, era por eso tu duda?-¿Por qué sino iba a ser? ¡Soy lesbiana pura, y temía que me propusieras un trío con tu marido!-¿Me guardas un secreto, Laura?-¡Por supuesto!-A mi marido le gustan los hombres.-¿Y a tú hija?-¡No lo sé, te lo aseguro! Ella sale con chicas y chicos, pero no nos llevamos muy bien, así que no compartimos secretos aunque ella sepa algunos de los míos.-¿Y eso?-Bueno, nuestros desencuentros tienen que ver con lo que te he dicho de mi marido, ella adora a su padre, pero me acusa de haber sido yo la que le ha inducido a mantener relaciones sexuales con hombres, y no es así. Desde el primer momento que él me propuso hacer tríos era porque a él le ponía mucho, principalmente dos cosas: Verme follando por otro hombre, y que luego se corriera mi amante en su puta boca.-¿Y dejaste que eso ocurriera?-¡Sí, ya había nacido Sabela y no quería que la niña sufriera la ruptura de sus padres!-Pero se dice que tú eres lesbiana. ?Le dije porque me tenía muy confundida con lo que me estaba contando.-A partir de que aquello ocurrió varias veces, yo me sentí libre de experimentar mi propia sexualidad. Creo que soy bisexual.-¿Y tú marido, qué dice?-Después de aquello se lo dejé claro, me había sentido utilizada por él para traerle tíos a la cama matrimonial, así que le dije que eso había terminado. Ahora, él es gay. Y de eso me acusa mi hija, dice que su padre es gay por mi culpa.-¿Y qué quieres de mí? ?Quise preguntarle antes de irme con ella a alguna parte.-¡Que trates a mi hija y le digas que me está destrozando el corazón!-¿Te estoy entiendo bien, o qué me quieres decir con tratarla?-Lo que pase entre tú y Sabela es cosa vuestra, lo que quiero es que ella coja confianza contigo y te cuente lo que siente y piensa de mí. Es ahí donde puedes convencerla que está equivocada y me está haciendo mucho daño.-Antes me has dicho que no sabes cómo es tú hija, prefiero que me digas de ella todo lo que me pueda ayudar para acercarme, sólo la conozco de verla contigo porque no está en nuestro instituto.-Lo sé y te lo contaré todo. Sabela prefirió ir al instituto religioso en el que trabaja su padre.-¿Tú hija es creyente?-¡No, se cambió para hacerme daño y estar con su padre! Pero te lo iré contando todo con una condición.-¡Dime!-Te contaré todo lo que te valga para conocerla a ella, pero jamás le debes decir que te lo he dicho yo. ¿De acuerdo?-¡Eso lo decidiré yo según sea lo que me cuentes, y en qué momento me encuentre con ella!-¿Por qué me dices eso, Laura?-¡Porque intuyo que sabes algo de tu hija, que no me quieres contar! ?Me miró a los ojos y me dijo:-¡Me gustaría follar contigo antes de seguir esta conversación! Ten en cuenta que pondré en tus manos a mi propia hija.-¡Vamos a tu casa, que tengo ganas de que me comas el coño! ?Áine no se pudo contener y me besó la boca, y como también yo estaba caliente, allí en el vestuario de chicas del instituto nos besamos y nos metimos mano con pasión desenfrenada, hasta el extremo que Áine me había echado sobre un banco, y ella con bragas y yo sin ellas, estábamos haciendo unas ricas estijeras. Paramos de hacerlo cuando sentimos el ruido que hacían las mujeres de la limpieza.Áine conducía su coche cometiendo infracción tras infracción de tráfico con la que nos cruzábamos, no, Áine no era culpable, lo era yo que mientras ella conducía, mis manos le hacían travesuras que ella no evitaba porque estaba claro que llevaba tiempo esperando estar conmigo, y si le metía dos dedos en el coño, ella se agitaba más de lo que ya estaba y levantaba una de las piernas, la del acelerador o la del embrague, eso hacía que no viera lo semáforos y se los pasara de dos en dos. Una de las veces le estaba follando el coño con la lengua y sentí un frenazo en seco, me levanté y vi que casi le había dado al coche que iba delante, me volvía a agachar sobre su entrepierna? ¡Me gustaba el coño de mi profesora de gimnasia!Llegamos al edificio y Áine entró directamente a guardar el coche en el garaje que tenían debajo. Cuando paró el motor le cogí la mano con la que había apagado el motor y se le cayeron las llaves al suelo. La besé en la boca, la mire y a los ojos y le dije:-Supongo que sentimos lo mismo la una por la otra ¿Verdad Áine?-¿Lo dudas? ? Me preguntó sonriendo y me dijo: ¡Hace años que te deseo!-- La abracé y la volví a besar en los labios mordiéndoselos. Áine me abrazó por el cuello apretándome más contra sus duros pechos, con lo cual comencé a agitarme más si aún podía estar más de lo que estaba desde que entré en su coche. La agarré por la nuca y el beso se volvió más intenso, nuestros labios que se movían de un lado a otro encajaban a la perfección, mi cuerpo se ponía cada vez más caliente y mi intimidad comenzaba a hincharse cada vez más, introduje mi lengua y se encontró con la de ella, le mordí levemente su oreja y dejó escapar un gemido, eso me puso más caliente aun, cuando escucho que me dice. -¡Laura hazme lo que quieras, te deseo como jamás he deseado a nadie!-¿Aquí en el coche quieres que follemos, perra?-¡Subamos a mi piso, no respondo de lo que hoy podemos a llegar a hacer!Continuará?