Primera experiencia con transexual

Primera experiencia con transexualEsta es una experiencia de la vida real. Ocurrió hace unos quince años, cuando trabajaba dando clases en el Municipio de Texcoco, en el estado de México, ya que era la opción que había encontrado después de perder mi trabajo. Yo era recién divorciado, sin mujer y sin trabajo apenas me alcanzaba para sobrevivir con el sueldo de maestro de una universidad pública. Tres días a la semana iba a dar clases desplazándome de la CDMX, quedándome a dormir en casa de un amigo que amablemente me ofrecía alojamiento por dos días, de manera que me regresaba a CDMX el viernes a las 6 de la tarde muy cansado. En una ocasión, un maestro me pidió que lo supliera los mismos días que iba yo a la escuela, con el detalle de que tendría que salir a las 9 de la noche. Acepté para sacar algo más de dinero. El día viernes, que terminaba mis labores, muy cansado me dirigí a la terminal de autobuses para regresar a CDMX, y me dí cuenta que subía conmigo una chica trasvestida, a la que ayudé a cargar unas bolsas y acomodarlas en el compartimiento. En tal movimiento toqué sin querer sus nalgas y se sonrió. Se ubicó en los primeros asientos, mientras que yo me fui hasta el final de autobus, que se encontraba sin pasajeros. Adelante solamente iba Jenny, así se llamaba esa chica, y tres señoras de edad que ansiaban dormir. Debo confesar que hasta esa fecha yo nunca había tenido experiencia con alguna chica travesti o transexual, pero me llamaban la atención porque se arreglaban muy bien y se veían sexis. Cuando el autobús inició su marcha, me acomodé para descansar, eran las 9:15 de la noche y hasta empezó a lloviznar. El camino entre Texcoco y la CDMX siempre está lleno de tráfico, así que ibamos a vuelta de rueda. De pronto me tocaron en el brazo y era Jenny, lo cual me sorprendió. - Hola, disculpe, me puede abrir esta botella de refresco, no puedo abrirla- me dijo la chica.- Claro- contesté- estás festejando algo? pregunté porque era una bebida con alcohol.-Me siento deprimida-, dijo. - No me digas, una chica linda como tú no debe estar triste- le comenté.Ella se sentó y me dijo que la noche anterior festejó su cumpleaños y que un amigo que le gustaba mucho se había mostrado distante con ella y muy contento con otra persona. - No te preocupes, pero aprovechando que fue tu cumpleaños, te puedo dar tu abrazo? aunque sea un poco retardado?- le dije.Ella me contestó:- Por supuesto¡ Entonces la puse de pie, y le pasé mis brazos por la espalda, susurrándole que ella era muy bella, sexi, sensual y que no había razón para estar triste. Ella repegó su cuerpo al mío, y me preguntaba en voz baja que si lo que le decía era cierto.- Claro, eres muy bella- al momento en que ya la pelvis de ambos estaba muy unida y nos empezamos a bambolear y mover rítmicamente, muy pegados , y yo susurrándole al oído cosas calientes y cachondas, y le dije:- Date vuelta para abrazarte por la espalda- cosa que ella hizo, repegándome su culo en mi verga, mientras yo le daba besitos en el cuello, en las orejas, y le acariciaba los pechos con una mano y su instrumento con la otra. El movimiento del autobus nos ayudaba, y yo le bajé los pantalones y la tanguita con una habilidad que yo desconocía en mí, y me jaé igualmente los pantalones y el calzón, volteando a Jenny frente a mí y restregando mi verga con la suya, lo que nos encendió de calentura a los dos. Los pechitos de Jenny eran pequeños, pero así como me gustan, me los metí a la boca y chupé los botones de sus pezones tan rico que la chica se estremecía, mientras con mis manos jugueteaba con sus nalgas. Le metí un dedo en su culito, y empezó a gemir bajito, pidiendo más y más. Me tumbé en el asiento y la acomodé encima de mí, encajándole mi verga en su culito, con la oportunidad de chuparle sus pezones. Me decía que se la metiera despacio, porque apenas recientemente había perdido su virginidad, y efectivamente, la penetré con lentitud y con buen ritmo, con lo que ella gemía pero al mismo tiempo me decía dáme más papito. Se la dejé ensartada unos minutos hasta que se desmontó y se sobaba el culito, porque le había dolido. Le dimos dos tragos a su bebida, nos tomamos un descanso tres minutos y de nuevo comenzamos otro vez al mete y saca. Esta fue mi primera e inolvidable experiencia.